Por su especial propuesta arquitectónica y materiales de construcción, Casa Terracota ha suscitado algunas preguntas y mitos que aquí respondemos y desvirtuamos.
Casa Terracota, una construcción en cerámica que diseñó el arquitecto colombiano Octavio Mendoza Morales en 1999, se ha convertido en paso obligado para los turistas que visitan Villa de Leyva (Boyacá, Colombia).
Hoy sorprende a más de un curioso visitante por su estructura poco convencional y la historia que en ésta se cuenta, y por eso aquí revelaremos verdades sobre esas leyendas.
PREGUNTAS
¿Es cierto que la casa que se cocinó al sol?
Primero, lo primero. La casa no se cocinó al sol. La casa fue cocida con la ayuda de un mineral que se llama carbón coque. Se cocinó de manera progresiva y en diferentes momentos. Se cocinó como se cocina una pieza de alfarería, aunque, por su tamaño, la cocción fue más un incendio en distintas etapas y tiempos. Sin embargo, para que eso pudiera ocurrir el sol sí jugó un papel muy importante: pues, cada vez que una parte terminaba de moldearse, debían dejarse secar al sol las capas de tierra cruda para que así la estructura creada se asentara y cobrara su forma definitiva antes de ser cocinada. En ese sentido, entonces, el viento también fue un agente que jugó un papel importante a la hora de dejar secar la estructura.
¿El Arquitecto trajo esa idea del exterior?
Casa Terracota tiene corazón propio, colombiano. Es una idea que se fundamenta en comprender la tierra como sistema de construcción. Y esa comprensión la forjó desde niño Octavio Mendoza Morales, el arquitecto, día a día, al ser testigo de cómo convertían la tierra en tapia pisada, adobe, bahareque o ladrillo. En el desarrollo de su carrera se preguntó por otras formas de relacionarse con los espacios como con los materiales que los construyen. Ahí decide buscar el elemento tierra para crear y producir todo lo necesario para vivir, descansar y recrearse.
MITOS
La Casa Terracota es muy fría o muy caliente
El elemento tierra es térmico, tiene la cualidad de recoger la energía del sol de día, retenerla y liberarla a medida que pasa la noche. De esta forma, la calidez del lugar se mantiene. Dormir en una casa de este material es pleno y saludable. La energía que tienen lo muros y cubiertas en tierra es mucho más sana para que el ser humano tenga un descanso verdadero.